Si usted cree que el matrimonio es un valor Bíblico y verdaderamente tiene temor de Dios hará lo posible por querer encontrar su ayuda idónea, no demonia. No pretenda usted querer conquistar con sus buenos sentimientos, con todos sus detalles y favores, con su linda apariencia, y mucho menos con su carro y su facha de niño rico. No digo que todo esto sea malo, pero si usted es entendido sabrá que conquistar a su ayuda idónea es ni más ni menos como querer agradar al Señor. Cuando se trata de tomar la decisión acercarse a alguien para buscar su aprobación, ¡debería seguir más las acciones que le dicta su cabeza que las obras de su corazón! Porque engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9). De poco te servirá todos tus lindos poemas y buenos sentimientos, de poco te servirá que tengas una linda sonrisa y el dinero suficiente para comprar mil detalles, de poco te servirá gastar teléfono para saludarla y saber cómo está, de poco te servirá tu cuerpo fornido y tu perfume caro… nada de eso lo dice todo si sus pensamientos (su cabeza) no están en luz bajo el temor de Dios. Su cabeza y todo su ser deben estar puestos en la obediencia de Dios para que seas conocido por los frutos del espíritu y no por las obras de la carne, pues la apertura del corazón de una chica hacia ti parte del respeto que tú mismo te ganes con el trato, el amor y la admiración que le des a ella, así manifestarás que lo que pretendes tú con ella es verdadero y no causará heridas, pero en tanto, primero, tengas el temor de Dios en tu vida. Y con este temor todo lo demás pasa de largo, porque es Dios quien nos embellece de adentro hacia fuera, trayendo así el deseo de estar al lado de alguien de gran belleza espiritual. Pero si tu tienes en poco tu belleza espiritual, no estás buscando una ayuda idónea, no estás buscando el regalo de Dios para ti, en cambio, estás buscando solamente compañía sin pensar en un futuro con ella, de saber que la persona que pretendes como novia será tu esposa de toda la vida, hasta que la muerte los separe. Amarás a tu cónyuge como a ti mismo, pero en la medida que tú mismo te ames, pues la medida eres “tú mismo”. Si sabes que el amor verdadero proviene de Dios, y tienes en poco tu propia belleza espiritual, no estas permitiendo que el amor verdadero entre a tu vida por completo, por consiguiente, no estas dejando a Dios entrar totalmente. Entonces, ¿qué clase de amor pretendes dar? Nadie puede dar de lo que no tiene.
Y ¿Quién es esa ayuda idónea? Alguien de carácter; que mantiene su dignidad y enfrenta confiada el futuro. Alguien que esta pendiente de su casa y de que todo marche bien. Alguien que sea reconocido por sus esfuerzos y acciones y no por su belleza externa. Alguien que sea alabado porque obedece a Dios.